domingo, 13 de diciembre de 2009

Cuento para pensar...cuento para la reflexion!

“Ver más allá de uno mismo para entender a los demás”.


Max tuvo la sensación de estar viajando en el tiempo. Cenaba en un pequeño restaurante cercano a la universidad, con tres alumnos de primero, y le parecía estar reviviendo aquellas cenas con Clara, Alberto y Marta: en los ojos de sus jóvenes alumnos veía la misma ilusión, interés y curiosidad que habían tenido en su momento sus amigos.


Tras aquella evocativa velada, a la mañana siguiente, se apresuró a escribir un mensaje para Alberto con la intención de alentarlo a descubrir cuál era la tercera habilidad necesaria para construir relaciones. A Clara le había lanzado el reto de encontrar la primera habilidad: la escucha. Marta había sido la responsable de descubrir la segunda: estar en contacto con los propios sentimientos. No había duda, pues, de a quien debía dirigir el tercer reto.


Con la intención de no ponerle las cosas fáciles a Alberto, le envió un escueto y ambiguo mensaje que, sin preámbulo alguno, decía: “Es tu propia melodía la que no te deja escuchar mi música”. Alberto alucinó. Sabía que se refería a la tercera habilidad para relacionarse con los demás, pero no le encontró ni el más mínimo sentido a aquel mensaje, a no ser que fuera el hecho de que Alberto era un gran amante de la música, que siempre Tenía de fondo en casa, en el trabajo o en el coche. Sin embargo, le encantaban aquellos retos y disfrutaba con los juegos intelectuales de Max. Así pues, empezó a tratar de descifrar el significado de aquel mensaje.
Tras un largo rato dándole vueltas sin descubrir nada, decidió cambiar de táctica. Con un grueso rotulador, escribió la frase de Max en un folio y lo colgó en su despacho de forma que tuviera la frase siempre a la vista. Con ello pretendía que fuera su subconsciente el que encontrase primeras pistas.



Estaba ya concentrado en su trabajo cuando, de repente, le vino un recuerdo a la memoria. Una noche en la que Max, en medio de una larga conversación y viéndolo totalmente absorto en sus pensamientos, le preguntó: “Alberto, ¿Dónde estás? ¿En tu mundo o en nuestro mundo?” Alberto empezó a atar cabos. En el enigma de Max, la música era una metáfora de los pensamientos. “Mis pensamientos no me dejan captar los tuyos”, se dijo; y aun fue un paso mas allá: “La atención en mi no me deja de prestarte atención a ti”. Este era uno de los problemas de Alberto y lo admitía sin excusas: cuando algo le rondaba por su cabeza, no existía nada ni nadie más en el mundo. Todo se borraba a su alrededor. Le costaba percibir lo que les ocurría a los demás porque estaba demasiado metido en si mismo, en sus problemas o preocupaciones. Y ello lo hacía ser especialmente torpe en sus relaciones: algunas veces había actuado con absoluta insensibilidad y, en otras, había cometido manifiestos errores de percepción.



No tenia duda de cuál era aquella tercera habilidad que Max lo incitaba a descubrir: para poder comunicarnos con los demás de manera constructiva, debemos ser capaces de captar en todo momento sus sentimientos. Pero Alberto no lo tenía bastante con descubrir la habilidad, sino que quería saber como podía integrarla y desarrollarla. Con la firme determinación de “aprobar aquella asignatura pendiente”, recopiló todas las notas que tenia de su maestro y los libros que, de una manera u otra, trataban el tema. Y la primera pregunta que se proponía responder era por qué, en muchas ocasiones, no podía captar los sentimientos de los demás. Tras releer todo el material, descubrió que el dolor y también el miedo son, en gran medida, los responsables de que concentremos toda nuestra atención en nosotros mismos. Un sufrimiento físico, una preocupación, un sentimiento negativo –como el fracaso o el enfado-, una pena o, incluso, un remordimiento nos producen dolor y este dolor nos hace concentrarnos en nosotros mismos y perder la capacidad de percepción de lo que ocurre a nuestro alrededor. Y el mismo efecto nos lo produce el miedo, puesto que paraliza nuestra percepción, nos nubla el pensamiento y nos absorbe por completo.



Alberto entendía estos dos mecanismos y se identificaba con ellos. Sin embargo, se reconocía también en situaciones en que, sin color ni miedo, era incapaz de captar los sentimientos de los demás. Necesitaba alguna otra razón que justificara su torpeza. En los días siguientes, siguió su trabajo de investigación hasta comprender que, en la capacidad, de captar los sentimientos de los demás, también había una cuestión de actitud: muchas personas viven mirándose el ombligo como actitud vital porque dedican todas sus energías y capacidades a pensar solo en ellas mismas. Alberto reconoció que algo de esto había también en su caso: había épocas en que su vida era el centro de pensamiento. ¿Qué podía hacer entonces? Sin duda, poner límites a ese egocentrismo y ser capaz de apagar, ante los demás, su ruido interior. Debía atender a interesarse por el otro; ser capaz de apagar de vez en cuando su melancolía y escuchar con los cincos sentidos la música de las demás.



Pasada casi una semana, a Alberto le pareció tener el retrato completo de aquella habilidad. Ya podía contestar a Max. “Querido Max: para relacionarme de forma constructiva con los demás, necesito poder captar sus sentimientos. Y, para hacerlo, ha de aparcar, mi mundo, mis preocupaciones, mis miedos…, todo mi ruido interior para poner mi sensibilidad a disposición de captar las emociones del otro. Esta es la tercera habilidad para comunicarse con la gente. Gracias por hacerme destinatario privilegiado de tu tercer enigma”.




A la mañana siguiente, Max envió a los tres amigos su confirmación: “Es el sentimiento del otro el que guía nuestra comunicación. Si no captamos su tristeza, cuán inoportunos podemos ser; y si no captamos su fragilidad cuán insensible podemos resultar. En cambio, cuando captamos los sentimientos de la otra personas, más allá de los que muestra de forma evidente, podemos llegar a la verdad y establecer una verdadera relación personal”. El mensaje incluía una posdata: “La semana pasada os tuve muy presente. Creí estar cenando con vosotros. Solo que nos respondíais a vuestros nombres habituales. Por alguna extraña razón. Os llamabais Carol, Susanne y George”.



MORALEJA--REFLEXIÓN: En muchas ocasiones me siento como Alberto, solo escucho mi música interior, o incluso creo música en el ambiente, que impide que yo me entere de lo que el otro me escucha; pero es más si la creo, tampoco la escucha el de al lado. Creo que en cierto modo eso es lo que ocurrió en el seminario. Veníamos de un fin de semana, y claro le debemos contar todo a nuestro compañero, NUESTRA MÚSICA, y no escuchamos a la ponente.
Como Alberto, para mí, y creo que también para muchos de los que lean esto, es una asignatura pendiente que debemos saber poner en práctica. Al igual que el protagonista de la historia no nos debemos quedar tan solo en saber cuál es, sino que debemos de SABER UTILIZARLA, ya no solo como persona, sino también como profesionales del ámbito social.
Debemos de aparcar nuestros miedos, egocentrismo, sentimientos… en definitiva nuestro ruido interior y ponernos al servicio de los demás y tratar de captar sus ideas y sus sentimientos.
Quizás nos tengamos que preguntar qué estamos en su mundo o en nuestro mundo, para darnos cuenta de nuestra manera de comportarnos. Al menos yo debo de decir que GRACIAS POR HACERME PARTICIPE DE ESTA HABILIDAD, espero saber ponerla en práctica.



Ánimo a todos.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Seminario 2

El tema del seminario fue abordado por una trabajadora social, que actúa en ámbitos locales de Sevilla (pueblos); especialmente en los colegios. El tema a tratar fue la terapia familiar.

En primer lugar hizo una presentación teórica, y a la vez práctica de lo que nos podemos encontrar en los pueblos; se centro en los perfiles de familia que podemos encontrarnos. Cuando hablamos de pueblo ella se refería a localidades de menos de 20000 habitantes.

La segunda parte de la conferencia, para mí más dinámica, se centró en un caso concreto de una familia inmigrante. Nos explicó la situación de ella, y como a través de la trabajadora social y del psicólogo intervinieron.

A través de este seminario, a mi parecer más práctico y útil para nuestro futuro profesional que el primero, aprendimos una forma de intervención. Esta se centraba en la actuación de todos los ámbitos sociales: salud, educación y social; debido a la problemática de la familia.

Sin más que decir, debo de pedir disculpas tanto a mi compañer@s y a los ponentes por el comportamiento que tuve y tuvimos todos. Fue un modo de estar incorrecto, y no “bueno” para nuestro futuro.

Son muchas las veces que nos dicen, y que ya sabemos que debemos de escuchar atento a los demás. La escucha es una de las habilidades para la comunicación, además de otras. ¿Cuándo las pondremos en práctica? ¿Seremos buenos trabajadores en el futuro?

A continuación dejo un cuento para pensar, escrito por Ferran Ramón-Cortés en la revista “Mente Sana” y titulado el artículo como “Ver más allá de uno mismo para entender a los demás”. Es un cuento que habla de una tercera habilidad, para mí, que nosotros muchas veces tampoco tenemos; recoge muy bien lo hablado en clase de poner siempre nuestro “YO” antes que el de “TODOS”. Además, de centrarse en NUESTRA MUSICA, QUE NOS IMPIDE ESCUCHAR A LOS DEMÁS.

Ante el maltratador, tolerancia 0

"Cuando conozco a alguien no me importa si es blanco, negro, judío o musulmán. Me basta con saber que es un ser humano"

Walt Whitman (1819-1892) Poeta estadounidense.

"Tolerancia significa disculpar los defectos de los demás; tacto, no reparar en ellos"

Arthur Schnitzler (1862-1931) Dramaturgo austríaco.

"De qué sirve una casa sino se cuenta con un planeta tolerable donde situarla"

Henry David Thoreau (1817-1862) Escritor, poeta y pensador


Antes la frase del título me pregunto ¿Vivimos en una sociedad tolerante? ¿Qué hay de progresista en esta sociedad?

Muchas son las veces que he discutido con mis amigos y entorno sobre este tipo de ideología, ellos ya de por sí tienen una ideología diferente a la mía y están de acuerdo con esta afirmación. Creen que esta es la mejor actuación, al igual que con los violadores, asesinos, etc.; en definitiva todos los que tienen que cumplir una penalización por parte del juez. Según ellos su intervención se centraría en “encerrarlo” en la cárcel durante el resto de años que le queden.

Yo no puedo comprender desde el primer momento que vi tal propaganda (y encima llevada a cabo por el PSOE ¿no es progresista?), me parece que ya dejamos de lado una parte de la sociedad, y ¿No confiamos en la reeducación? ¿Por qué con algunas personas sí y con ellas no?

En muchas ocasiones tengo miedo de expresar mi opinión debido a que parece que estoy a favor de aquellos que comenten un delito (y “las personas se me echan encima”); pero NO es así, simplemente confío en la REEDUCACIÓN de esas personas que quizás no tuvieron una correcta desde pequeños. Además, cuando se me planteaban estos debates y ante personas diferentes a mí les preguntaba ¿Sabes que no hay cárceles para tantas personas? Ellos me afirmaban y contestaban que hicieran más, a lo cual yo le respondía: “Hay radica el problema. Que hagan más pero cerca mía no, al vivir aquí en el pueblo que hay tierras por todas partes podrían construir una aquí ¿no?” Ante tal afirmación ellos no contestaban.

Desde mi parecer, las personas que cometieron algún delito lo hicieron debido a un fallo en su socialización (primaria o secundaria) y a las cuáles se les debe de ofrecer una oportunidad; que se cubriría a través de la llamada re-socialización o socialización terciaria. Este tipo de socialización se basa de nuevo en el proceso de adquisición de normas y conductas por parte del implicado.

Para ello, ¿Es bueno una cárcel o centro de menores que están aislados del resto de sociedad? ¿Cómo adquieren las pautas de comportamientos y normas de convivencia?

Bajo mi punto de opinión no; ya que aprenden pautas de comportamientos y normas dentro de una sociedad cerrada; mientras que cuando salen a la sociedad, posiblemente, vuelven a delinquir. Desde mi más humilde opinión soy defensor de los centros tutelados cerca de las demás personas, donde lleven a cabo una vida “normalizada”. O, ¿crees que un niño/a en la cárcel, debido a una condena de su madre lleva a cabo una buena socialización?

Lo dejo aquí para que cada uno reflexionemos.

Me he centrado en el caso de aquellos que tienen una pena; pero existen muchos más colectivos en los que debemos confiar.

Supuestamente, según nuestra futura profesión, no debemos tener prejuicios algunos sobre ninguna personas; ¿Pero quién aun no ha ido a “las 3000” por miedo, por “cómo son”, por “sucio”…? ¿Quién no tiene prejuicio sobre nadie? La verdad que es cosa muy difícil, pero que luego todos afirmamos muy a ligera que somos tolerante. Os invito a reflexionar y pensar si de verdad somos así, porque claro muchas veces decimos “Soy del PSOE, el cura o “capillita” que se lo lleven, que lo maten” ¿Es tolerante? O bien somos tolerante ante una situación ajena a nosotros, pero una vez que nos pase ya no lo somos. Os invito a la reflexión.


Saludos a todos.


P.D: La clase que tuvimos sobre tal reflexión me pareció bastante buena, yo acabé con dolor de cabeza y llegado a mi casa tuve que tomarme una paracetamol =D. Pero me gustó mucho; creo que nos hizo reflexionar sobre algo que solemos afirmar a la ligera pero que luego no lo somos.

"...Dosis extra de cuidado..."


Esta fue la frase que más me impacto de la publicidad del Baby Down. Si una simple muñeca que con tan solo ver el nombre parece que va a presentarnos una metodología correcta para la integración de las personas con las mismas características que ella, es decir que poseen síndrome down.

Uno piensa, ¡Qué bien, al igual que existe un Nenuco negro, también existe esta muñeca con estas características! ¡Genial!

Pero poco a poco vas leyendo la publicidad del juguete, que es bastante larga, a mi parecer poco llamativa; y la primera frase que te encuentras es “Puedes jugar con él igual que lo haces con los demás bebés, pero tu BABY DOWN necesita una dosis extra de cuidados”. ¿Por qué? ¿No son iguales que los demás? ¿Acaso la discapacidad es una enfermedad?

Leer cosas como éstas hacen que nos remontemos a siglos pasados, donde a las personas con discapacidad se les trataba como enfermos y se les daba una simple intervención médica; pero ya eso se superó y actualmente se aplica una intervención desde el punto de vista bio-psico-social, como ya anteriormente comenté en una entrada específica al tema.

Pero no se queda solo ahí, sino que la frase de “Cuando tu mamá y tú estéis en la cocina…” nos muestra, ya del todo el carácter conservador del que proviene la publicidad.

Esta frase junto con la anterior nos presenta unos valores conservadores; pero al igual que otros se deben de respetar, es decir llevar a cabo eso que llaman tolerancia. Pero desde mi punto vista esta divulgación de información no permiten la integración del colectivo, sino todo lo contrario lo aleja de la sociedad, convirtiéndolo así en desadaptados sociales (el medio no se adecua a ellos).

También me llamó la atención que tan solo se centrara en los sentidos de la muñeca, es decir mientras que otras te la presentan como que puedes llevarla en un carro, que puedes ir de compras, etc. esta tan solo se centra en el desarrollo de los sentidos. ¿Por qué? ¿A los que son “normales” no se les debe de promover esos sentidos y a aquellos que tienen síndrome down sé? Este tipo de actitudes hacen aumentar el prejuicio que se tienen sobre estas personas; que hay que cuidarlos y quererlos más porque son muy cariñosos; pues lo habrá de todos al igual que los que no tienen discapacidad.

En definitiva es una muñeca que tiene buena intencionalidad pero que sin embargo hace lo contrario, desadaptar aún más a las personas con capacidades diferentes, especialmente a los que tienen este tipo de discapacidad.

Bajo mi opinión creo que lo más acertado sería mejorar la publicidad, crear una publicidad donde la muñeca se vea igual que las demás pero con sus rasgos físicos característicos. Lo que no entiendo aun es como las asociaciones apoyan este tipo de publicidad ¿No han hecho nada para evitarlo? ¿Quizás la muñeca se haya creado con el fin de recaudar impuesto (caridad)?

Al igual que esta muñeca existen otras, como el caso de la “muñeca mendiga”; o simplemente los anuncios sexistas ya sean de juguetes o cualquier tipo de servicio o material que delegan a la mujer al ámbito privado y al hombre al ámbito público. Este tipo de publicidad hacen que las mujeres queden desadaptadas. ¿Estáis de acuerdo?

jueves, 10 de diciembre de 2009

Análisis del truco del manco


INTRODUCCIÓN

El truco del manco cuenta con la historia de Enrique Heredia, El Cuajo, un buscavidas payo agitanado con medio cuerpo afectado por una parálisis cerebral que le impide andar con facilidad. El Cuajo convence a su amigo Adolfo, un joven mulato qu

e vive en un barrio a dormitorio de las afueras de la ciudad con un padre alcohólico y con problemas de salud, para levantar un estudio musical donde ganarse la vida con el talento y la pasión que les une: el Hip Hop.

Otros jóvenes de diversas procedencias y culturas que comparten con e

llos el ambiente marginal, participarán de lo que para El Cuajo es un último sueño adolescente. (www.lahiguera.net)

ANÁLISIS DE LA PELICULA.

CONTEXTO:

Esta película se contextualiza en un barrio donde existe un alto grado de marginación; entendiendo ésta como “aquella población que no tiene cubiertas s

us necesidades vitales, de salud, de educación, de estabilidad y afecto, lo que se manifiesta a través de la pobreza, deficiencia afectivo-familiar y la conducta desadaptada” (López. 1985).

En la película se observa éstas manifestaciones de las que nos habla López; por u

n lado se percibe que es un barrio de nivel económico bajo (Venta ambulante, paro…); también encontramos que en el ámbito fa

miliar las relaciones no son propicia para un desarrollo integral de las personas; además no es una fuente de apoyo (El cuajo con su hermano, Adolfo con su padre).

La desadaptación, según Casas (1988), “es un fenómeno psicosocial

derivado de la relación conflictiva entre determinadas conductas, individuales o grupales y el clima social en una comunidad o sociedad concreta, […] en un momento histórico determinado”. Tal desadaptación la hallamos al ver que hay notables diferencias del barrio de la película con respecto a la mayoría de los barrios de nuestra sociedad que consideramos “normalizados”.

Aun así, existen recursos que la población tiene a su disposición (educación, sanidad…), pero ni Enrique ni Adolfo acuden a solicitarlo. Podemos concluir que no están informados sobre estos recursos, o bien creen que les son innecesarios.

PROTAGONISTAS:

El protagonista principal de esta historia, Enrique “El Cuajo”, interpretada por Juan Manuel Montilla, “El Langui”, componente del grupo “La excepción”, representa a una persona que cuenta con una discapacidad física, dificultándole el movi

miento de la mitad del cuerpo, y con ello, los quehaceres de su vida diaria.

Pero ello no le impide vivir el día a día, aunque se encuentre con tr

abas en su camino que le dificultan más que a los demás. Gracias a su espíritu de superación y ganas de llevar a cabo sus planes de futuro, se muestra como un luchador nato, de ahí su frase “A mí no me digas que no se puede”.

Si buscamos posibles causas de desadaptación en Enrique se ve como su discapacidad dificulta la realización de actividades de la vida diaria; pero no por ello podemos decir que es una persona en desadaptación. Sin embargo el medio; como dijimos antes, sí se encuentra desadaptado a toda la población y por tanto le afecta a él.

Toda la población con la que él convive acepta su discapacidad y muestran una actitud igualitaria hacia él, por ello no podemos decir que esta desadaptado.

La desadaptación no viene determinada por la deficiencia sino que es fijada por el comportamiento que tiene el medio hacia esa deficiencia (Guasch y Ponce).

Adolfo (Ovono Candela), su amigo, presenta serios problemas con las drogas; junto a ello, se le suma la convivencia con su padre adicto al alcohol y con problemas de salud.

Al igual que ocurre con Enrique, el medio en el que se encuentra Adolfo no se adapta a él, teniendo que ser este protagonista quien se adapte a través del consumo de drogas, robando…, es decir, realizando la mayoría de actividades que hacen su grupo de iguales acorde con el ambiente social.


Juntos, “El Cuajo” y Adolfo, abordan la idea de crear un estudio musical con el que ganarse la vida produciendo discos de hip-hop, aunque para ello, deban hacer actividades ilegales (venta de consolas robadas) y delinquir.

LA FINALIDAD DE LOS GRUPOS SOCIALES

En general el objetivo de los grupos sociales es obtener dinero fácil mediante la realización de actividades ilegales como compra-venta de artículos r

obados, venta de droga, robo…

La finalidad de los protagonistas es conseguir lo antes posible el local para la creación del estudio de grabación; y por ello realizan actividades, como hemos dicho, rápidas e ilegales.

PROCESOS DE SOCIALIZACIÓN

La socialización es la aceptación de las normas y costumbres de la sociedad en la que se vive; y tenemos tres tipos: primaria, secundaria y terciaria o resocialización.

1) Socialización primaria: es la primera etapa donde se tiene el primer contacto con las normas y costumbres de la sociedad. Los agentes socializadores que actúan en esta etapa es la familia y los grupos de iguales.

Las familias que se presentan en la película desarrollan unos valores antidemocráticos como puede ser la violencia, además están desestructuradas.

Aunque los protagonistas, así como el grupo de iguales, han adoptado esos valores, no se ven rechazados por la sociedad concreta donde viven; puestos que todos repiten esas mismas pautas de conductas.

2) Socialización secundaria: es la etapa donde se interiorizan los valores y normas de una institución. Los agentes socializadores son en este caso la escuela e instituciones (iglesia…), pero no podemos apreciarlo en la película analizada, al igual que la socialización terciaria.

3) Socialización terciaria o resocialización: Si en las anteriores etapas el proceso no ha sido llevado a cabo con éxito, se debe de re-socializar al individuo, o es decir volver a empezar el proceso de socialización.

El proceso de socialización que han tenido los protagonistas se ha visto influido por factores como la delincuencia, el consumo de drogas, la presencia de familias desestructuradas, la violencia, etc.

CONCLUSIÓN

Dado lo citado anteriormente, podemos concluir que la desadaptación social no tiene lugar en ninguno de sus protagonistas, sino en el medio en el que se encuentran.

Como profesionales del ámbito social, concretamente educadores y trabajadores sociales, creemos que una adecuada intervención vendría dada por la actuación en dos niveles.

A nivel individual creemos qu

e nos deberíamos centrar en la educación en valores teniendo en cuenta las características de cada individuo. Realizaríamos un proyecto basado en aquellas actividades que le gusten a los individuos, como puede ser el hip-hop; y transversalmente damos la educación en valores (a través de las letras de canciones). Estos valores pueden ser respeto, tolerancia, igualdad, etc.

Además, sería beneficioso realizar una labor de información acerca de las múltiples ayudas existentes para mejorar la situación en la cual cada uno se encuentra (ayudas para personas con discapacidad, para abrir un nuevo negocio, servicios contra la drogodependencia, etc.).

Con respecto al barrio, segundo nivel, se debería de llevar a cabo una transformación física con buenas condiciones, ya que se percibe como un barrio marginal. Esa transformación física se centraría en la restructuración de algunas zonas públicas así como la eliminación de las barreras arquitectónicas.

...

Hola a todos!! Por fin terminamos "el truco del manco" mi grupo. Nos hemos reunidos al menos 4 veces de las cuales dos se han basado únicamente en discutir si los protagonistas estaban desadaptados o no.

Por fin lo terminamos y lo cuelgo a continuación, si no e subido antes entradas era debido a ello, ahora las tengo todas hechas en borradores; y lo subire en próximos días.

Saludos a todos.